ANPE reafirma su compromiso con una enseñanza que contribuya a cerrar brechas de género y destaca el papel del profesorado en esta tarea
Las últimas décadas han sido testigos de importantes avances en la igualdad entre hombres y mujeres, en España y en el mundo. Pese a ello, aún queda mucho camino por recorrer y la educación desempeña un papel fundamental en él. El ámbito educativo es clave para alcanzar la equidad de género.
En este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, ANPE reafirma su compromiso con una enseñanza que deconstruya estereotipos y fomente la igualdad desde las aulas, a la vez que pone en valor la labor del profesorado en la consecución de estos objetivos y en la conformación de una sociedad más justa.
Desde hace mucho tiempo, la presencia de mujeres en la profesión docente es ampliamente mayoritaria, como se refleja en los informes Igualdad en cifras, publicados anualmente por el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes. Contando todas las enseñanzas regladas, representa más de dos terceras partes del profesorado. Solo nos encontramos una salvedad: la docencia universitaria, en la que la representación femenina se mantiene aún por debajo del 40%.
Respecto a los cargos directivos de centros públicos de enseñanzas de régimen general no universitarias, el predominio de las mujeres es también generalizado. Históricamente, la excepción se encontraba en los centros de las diferentes enseñanzas que conforman la educación secundaria (ESO, Bachillerato y FP), en los que, cuando las mujeres eran ya una amplia mayoría del profesorado, esto no tenía su reflejo en los cargos directivos. A lo largo de la pasada década, se consiguió revertir parcialmente la situación, y la presencia femenina pasó a ser también mayoritaria entre las secretarías y los jefes de estudios de estos centros. Queda, sin embargo, una última barrera por derribar en secundaria: la de cargo de director o directora, en el que los hombres siguen predominando, con alrededor de diez puntos porcentuales de diferencia según los últimos datos.
Nos preocupan también otras brechas relacionadas indirectamente con el ámbito educativo. En lo que se refiere al acceso al mercado laboral continúa habiendo diferencias importantes. A igual nivel de formación, la tasa de paro femenina es considerablemente más alta que la masculina en la población entre 25 y 64 años. Si consideramos solo la población de entre 25 y 34 años, la diferencia se reduce, excepto en el grupo de quienes no terminaron la primera etapa de la Educación Secundaria, donde es incluso mayor.
De igual forma, sigue existiendo una importante brecha salarial entre hombres y mujeres para el mismo nivel de formación. La buena noticia en este sentido es que en la población de entre 25 y 34 años esta desigualdad en las retribuciones es sensiblemente más estrecha.
Es precisamente en el impulso de la juventud donde se juega en gran medida el futuro de la igualdad. El empoderamiento de las niñas, de las adolescentes y de las jóvenes es fundamental para que sigamos registrando avances en esta lucha.
Este 8M, ANPE hace un llamamiento a toda la comunidad educativa para seguir trabajando juntos con el objetivo de que la educación estimule a las nuevas generaciones a superar barreras y lograr una igualdad real y efectiva en todos los ámbitos de la sociedad.
ANPE, SINDICATO INDEPENDIENTE